
Son palabras de Jan Coffey, director de Save the Children en Kenia, país en el que según la última información de Naciones Unidas, alrededor de 250.000 personas se han quedado sin hogar a causa de la violencia.
Los últimos acontecimientos en este país han puesto de manifiesto como siempre sucede la fragilidad de los más débiles, niños y personas de barridas y aldeas pobres son los que más están sufriendo la situación ante la pasividad, también como siempre, de los países ricos, más preocupados de sus campañas electorales, de sus relaciones con modelos-cantantes o similares.
Y en situación similar o incluso peor nos encontramos a Niger y Sudan. ¿Que podemos hacer para que cambie el mundo? ¿Cuantos niños más tienen que morir por el anhelo de poder de unos cuantos cafres?
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