El sistema capitalista que nos dirige es una fuente de oportunidades para gente con pocos escrúpulos y leve conciencia social. Los grandes millonarios de este principio de siglo están encabezados por este tipo de "personajes" que avispados como nadie han sabido rentabilizar la ignorancia de la masa y las lagunas del sistema para en este caso forrarse a cuenta de todos los españoles inflando un mercado de primera necesidad como es el inmobiliario.
Poseedores únicos estos "personajes" y casi exclusivos del patrimonio de los billetes de 500 € a base de evasión de impuestos, dinero negro y prácticas vergonzosas en muchos casos para provocar la subida del precio de los inmuebles y por consiguiente el endeudamiento masivo de la población, nos abocan ahora a una situación irreal y totalmente descompensada, en la cual la mera intención de comprar una vivienda se ve frustrada por la imposibilidad de disponer en el mercado de algo digno que pagar con el sudor del trabajador honrado.
Que dilemas nos ofrece nuestra sociedad, disfrutar la vida como un honrado trabajador, explotado y humillado en ocasiones pero eso si con la conciencia tranquila o disfrutar también la vida especulando y robando al prójimo, humillando y explotando a los trabajadores y, cosas que tiene la vida, con la conciencia también tranquila.
Si algo me alegra estos días es que a muchos este boom que contribuyeron a crear les haya explotado en las narices, encontrarán otras salidas o conseguirán relanzar otra temporada el mercado inmobiliario, pero al menos ahora sabemos que sufren un poco viendo como sus castillos de naipes pueden volar con el viento de los ajustes del propio sistema que en su momento los enriqueció a costa de los demás.
Poseedores únicos estos "personajes" y casi exclusivos del patrimonio de los billetes de 500 € a base de evasión de impuestos, dinero negro y prácticas vergonzosas en muchos casos para provocar la subida del precio de los inmuebles y por consiguiente el endeudamiento masivo de la población, nos abocan ahora a una situación irreal y totalmente descompensada, en la cual la mera intención de comprar una vivienda se ve frustrada por la imposibilidad de disponer en el mercado de algo digno que pagar con el sudor del trabajador honrado.
Que dilemas nos ofrece nuestra sociedad, disfrutar la vida como un honrado trabajador, explotado y humillado en ocasiones pero eso si con la conciencia tranquila o disfrutar también la vida especulando y robando al prójimo, humillando y explotando a los trabajadores y, cosas que tiene la vida, con la conciencia también tranquila.
Si algo me alegra estos días es que a muchos este boom que contribuyeron a crear les haya explotado en las narices, encontrarán otras salidas o conseguirán relanzar otra temporada el mercado inmobiliario, pero al menos ahora sabemos que sufren un poco viendo como sus castillos de naipes pueden volar con el viento de los ajustes del propio sistema que en su momento los enriqueció a costa de los demás.