Crisis es una palabra de las que gustan a los medios de comunicación, sin embargo su aplicación a la actual situación económica del país no se está aplicando en la medida real, en buena parte porque a los propios medios no les interesa fomentarla para no ver sus ingresos publicitarios descender en mayor medida.
Es cierto que hay una crisis económica mundial de cierta relevancia como lo es el hecho de que todavía no ha tocado techo. Los dos termómetros económicos más fiables de cualquier economía están dando muestras de que esto es así, las ventas de coches caen mientras que el mundo inmobiliario está metido en un huracan que ellos mismos han contribuido a crear y no se ve salida posible a corto plazo sino la de reducir gastos.
En estos momentos nuestra economía se esta viendo arrastrada por la crisis estadounidense del “subprime” que lleva cociendose ya unos años debido por un lado a los bajos tipos de interés que animaron a las familias a meterse en hipotecas a las que de otra forma no podían llegar y a los propios bancos que flexibilizarón al máximo la concesión de préstamos hipotecarios a familias con poca capacidad de devolver el dinero.
Está llegando un momento en que la vivienda esta tocando techo, más bien la capacidad adquisitiva de las personas ha llegado al límite con la subida de los tipos de interés y el continuo ascenso de los precios en este sector y ambos factores están perfectamente organizados, el primero por el Banco Central Europeo que para frenar el cataclismo económico al que nos abocaba el boom inmobiliario, decide crear una crisis de consecuencias imprevisibles pero mucho más libiana de la que nos podríamos encontrar de aquí a unos años si el mundo inmobiliario siguiera regido por los mismos patrones que hasta el momento. Y por otro lado el propio sector inmobiliario ha sido y es el principal implicado en el crecimiento de los precios sobre todo con la expeculación y en muchos casos extorsión que se ha estado padeciendo años atras.
¿Más? Claro. Si a estos factores unimos un alza desmesurada del precio del petróleo, una situación social al menos en España que fomenta los sueldos bajos, que las exportaciones europeas se están complicando en demasía gracias a que el euro está por las nubes, la preocupante situación actual del dolar americano y la situación geopolítica actual de incertidumbre y de guerra en la sombra entre el mundo occidental y el islamismo integrista sin obviar el problema palestino-israelí y la sombra de Rusia sobre muchos países "enemigos" de EEUU... Todo esto hace que tengamos entre manos un coctel explosivo que de momento nos ha llevado ante una crisis económica que podemos clasificar de moderada pero que está aquí y es real.
Veremos que nos deparan estos primeros meses de 2008.
Más información: Seis factores que vaticinan una “profunda crisis económica” mundial en 2008
Es cierto que hay una crisis económica mundial de cierta relevancia como lo es el hecho de que todavía no ha tocado techo. Los dos termómetros económicos más fiables de cualquier economía están dando muestras de que esto es así, las ventas de coches caen mientras que el mundo inmobiliario está metido en un huracan que ellos mismos han contribuido a crear y no se ve salida posible a corto plazo sino la de reducir gastos.
En estos momentos nuestra economía se esta viendo arrastrada por la crisis estadounidense del “subprime” que lleva cociendose ya unos años debido por un lado a los bajos tipos de interés que animaron a las familias a meterse en hipotecas a las que de otra forma no podían llegar y a los propios bancos que flexibilizarón al máximo la concesión de préstamos hipotecarios a familias con poca capacidad de devolver el dinero.
Está llegando un momento en que la vivienda esta tocando techo, más bien la capacidad adquisitiva de las personas ha llegado al límite con la subida de los tipos de interés y el continuo ascenso de los precios en este sector y ambos factores están perfectamente organizados, el primero por el Banco Central Europeo que para frenar el cataclismo económico al que nos abocaba el boom inmobiliario, decide crear una crisis de consecuencias imprevisibles pero mucho más libiana de la que nos podríamos encontrar de aquí a unos años si el mundo inmobiliario siguiera regido por los mismos patrones que hasta el momento. Y por otro lado el propio sector inmobiliario ha sido y es el principal implicado en el crecimiento de los precios sobre todo con la expeculación y en muchos casos extorsión que se ha estado padeciendo años atras.
¿Más? Claro. Si a estos factores unimos un alza desmesurada del precio del petróleo, una situación social al menos en España que fomenta los sueldos bajos, que las exportaciones europeas se están complicando en demasía gracias a que el euro está por las nubes, la preocupante situación actual del dolar americano y la situación geopolítica actual de incertidumbre y de guerra en la sombra entre el mundo occidental y el islamismo integrista sin obviar el problema palestino-israelí y la sombra de Rusia sobre muchos países "enemigos" de EEUU... Todo esto hace que tengamos entre manos un coctel explosivo que de momento nos ha llevado ante una crisis económica que podemos clasificar de moderada pero que está aquí y es real.
Veremos que nos deparan estos primeros meses de 2008.
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