Son palabras de el astrofísico Benjamín Montesinos natural de Alcázar de San Juan, trabajador del Laboratorio de Astrofísica Espacial y Física Fundamental de Madrid y coautor del libro 'El desafío del Universo' (2007) junto a Telmo Fernández.
Este es un pequeño estracto de una entrevista realizada para El Comercio por Jorge Rodríguez, aprovechando la estancia del astrofísico en Oviedo con motivo de impartir una charla titulada 'El Sol, un gran desconocido'.
-¿En qué estado de salud se encuentra el sol ahora mismo?
-Es una estrella bastante vieja, aunque aún le quedan unos 5.000 años de vida. Luego, evolucionará hacia una gigante roja y se hará más grande y luminosa de lo que es ahora. Más tarde, perderá sus capas exteriores y se reducirá a una enana blanca.
-El cambio climático es objeto de preocupación en foros de expertos y ciudadanos, ¿tiene alguna influencia el Sol en esta variaciones que está sufriendo la Tierra?
-Ahora mismo existen dos efectos superpuestos, la contaminación atmosférica (artificial) y la influencia del Sol (natural, junto a otros efectos), pero no se puede saber quien tiene más la culpa. Sin embargo, la porquería de origen humano supera con creces a lo que pueda hacer el Sol. Lo que no significa que algunos glaciares ya se empezaran a derretir antes de que la contaminación en la atmósfera fuera mayor de lo que es hoy.
-Hablando de Marte, ¿qué lleguemos allí es un desafío, una cuestión de tiempo o una utopía?
-El desafío de llegar a Marte es para los ingenieros espaciales, es decir, para la gente que fabrica, por ejemplo, cohetes con materiales ligero. Y también es un reto a nivel fisiológico, porque sería un viaje de unos 6 ó 7 meses en el mejor de los casos y no hay sólo que llegar, sino volver y elegir las condiciones más adecuadas.
-¿Cómo calibraría las opciones de pisar su superficie?
-Es algo que veo factible, pero lejano. Son proyectos muy caros y tenemos el hándicap de que toda la tecnología empleada para ir a la Luna se ha perdido. Habría que poner en marcha un programa con unas medidas de seguridad más estrictas que las de entonces. No es que no se haya avanzado mucho; el problema es resolver temas cómo apantallar a los astronautas de la alta radiación. Estamos más cerca de los 20 que de los 10 años para pisar Marte.
Este es un pequeño estracto de una entrevista realizada para El Comercio por Jorge Rodríguez, aprovechando la estancia del astrofísico en Oviedo con motivo de impartir una charla titulada 'El Sol, un gran desconocido'.
-¿En qué estado de salud se encuentra el sol ahora mismo?
-Es una estrella bastante vieja, aunque aún le quedan unos 5.000 años de vida. Luego, evolucionará hacia una gigante roja y se hará más grande y luminosa de lo que es ahora. Más tarde, perderá sus capas exteriores y se reducirá a una enana blanca.
-El cambio climático es objeto de preocupación en foros de expertos y ciudadanos, ¿tiene alguna influencia el Sol en esta variaciones que está sufriendo la Tierra?
-Ahora mismo existen dos efectos superpuestos, la contaminación atmosférica (artificial) y la influencia del Sol (natural, junto a otros efectos), pero no se puede saber quien tiene más la culpa. Sin embargo, la porquería de origen humano supera con creces a lo que pueda hacer el Sol. Lo que no significa que algunos glaciares ya se empezaran a derretir antes de que la contaminación en la atmósfera fuera mayor de lo que es hoy.
-Hablando de Marte, ¿qué lleguemos allí es un desafío, una cuestión de tiempo o una utopía?
-El desafío de llegar a Marte es para los ingenieros espaciales, es decir, para la gente que fabrica, por ejemplo, cohetes con materiales ligero. Y también es un reto a nivel fisiológico, porque sería un viaje de unos 6 ó 7 meses en el mejor de los casos y no hay sólo que llegar, sino volver y elegir las condiciones más adecuadas.
-¿Cómo calibraría las opciones de pisar su superficie?
-Es algo que veo factible, pero lejano. Son proyectos muy caros y tenemos el hándicap de que toda la tecnología empleada para ir a la Luna se ha perdido. Habría que poner en marcha un programa con unas medidas de seguridad más estrictas que las de entonces. No es que no se haya avanzado mucho; el problema es resolver temas cómo apantallar a los astronautas de la alta radiación. Estamos más cerca de los 20 que de los 10 años para pisar Marte.
Ver entrevista completa: Marte es, ante todo, un reto fisiológico y de ingeniería